lunes, 29 de noviembre de 2010

Doris Salcedo

Una grieta en el corazón de Europa

Artista colombiana considerada hoy en día como una de las más importantes escultoras del mundo. Aproximadamente en el 2007 se dio a conocer la participación de esta artista Colombiana en la galería Tate Modern de Londres. Doris Salcedo, primer artista de América Latina invitada al espacio para arte contemporáneo conocido como La Gran Turbina de la Tate, considerado el templo del arte actual, había hecho una singular e insospechada obra: Shibboleth. La obra sorprendió desde que la galería fue abierta pues estaba vacía y lo único que se veía era una grieta de 167 metros de largo por máximo 50 centímetros de ancho en el piso. Algo desconcertante. Inesperado. Significativo y profundo para unos. Agresivo para otros. Una grieta en una de las más importantes salas de Occidente, que representa el abismo entre el Primer Mundo y el resto; una grieta que habla de exclusión, racismo, esclavitud hecha por una artista del Tercer Mundo en el corazón cultural de Europa. Ella cambia totalmente el papel del artista, su visión nos dice que antes éste era visto como un genio, un dios, que construía cosas únicamente talentosas, pero en realidad este concepto es anticuado y para ella el artista es más bien un conector de cosas que generan algo nuevo, lo hacen evidente y por esto son tan aceptadas. Por otro lado el enfoque de ella debido a hechos que marcaron su vida, esta sesgado por la violencia en Colombia, ella se involucra con personas que han sido afectadas por esta situación, además de que ella misma es un testimonio vivo de la toma del Palacio de Justicia. Es interesante ver y reconocer que sus obras nos transmiten más allá de una preocupación, una forma de hacer conciencia que no muchos habían experimentado antes y que muchos no podrían percibir de otra manera.  



  Esta fantástica instalación fue creada por la escultora Doris Salcedo para la feria internacional de Estambul en 2003. La artista usó alrededor de 1,550 sillas apiladas entre el hueco de dos edificios.


 Mariana Rodríguez Cerón



No hay comentarios:

Publicar un comentario