Expocision de sonido que tuvo lugar en el museo Mambo, donde el enfoque principal era el sonido. La exposicion planteaba propuestas interesantes de maquinas hechas de forma muy rudamentaria que producian sonidos de distintas maneras. Algunas de estas lo hacian a traves de movimiento kinetico producido por el publico que las manupilaba y otras programadas para hacerlo cada cierto tiempo.
Aunque Adolf Loos opina que el ornamento es delito, en este caso no hubiera sobrado. Apesar de que la propuesta era principalmente auditiva a la expocision le hizo falta en la parte fisica ser mas llamativa. Los artistas, sin quitarle el protagonismo al sonido, pudieron haber invertido un poco de tiempo decorando el comun denominador de la exposicion, los parlantes. Aunque las propuestas eran muy distintas entre si a primera vista todas se veian igual, siendo que todas consistian de parlantes puestos de distintas maneras.
Catalina Lotero
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